De victimas y verdugos...


Ayer se conmemoraban en Colombia los 70 años del Bogotazo, nombre con el que se conoce al movimiento de protesta que siguió al asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, y que abrió paso a la época denominada de “la violencia”, con el enfrentamiento armado entre las guerrillas liberales, especialmente fuertes en los Llanos orientales al mando de Guadalupe Salcedo, y los conservadores que expresaban lo más rancio y autoritario del país que armaron sus grupos paramilitares.
Un conflicto que, exceptuando breves períodos, se transformó en un conflicto de clase y se ha prolongado a nuestros días, teniendo como un elemento central la posesión de la tierra.
Este día además ha sido escogido también como el Día de la memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto social armado en Colombia y se han organizado multitud de actos para recordar y honrar a las víctimas.


En la tarde asistí a la presentación de un libro “Almas que escriben memorias y esperanza”, que como dicen las autoras y autores en la introducción “fue escrito por hombres y mujeres que hemos vivido en este país los embates de la guerra desde orillas diferentes” y que se han ido encontrando periódicamente para “compartir nuestras vivencias, contrastar perspectivas, repasar nuestros dolores…” mientras escribían el libro.





Un acto sobrio y emocionante, donde nos leyeron fragmentos de sus relatos de vida, tuvimos las palabras de un primer lector, el profesor Orozco, en una magnifica intervención resalto el coraje de las victimas y como en cierta medida se comprometieron en continuar la vida y la lucha de sus seres queridos, acabando su emotiva y vibrante intervención con los versos de nuestro poeta mártir como colofón, Miguel Hernández:

…Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

Cuando veo este salón de actos del centro de memoria a rebosar entorno a las víctimas, no puedo dejar de pensar que en nuestro país aún tenemos a miles de asesinados y desaparecidos en las cunetas y que no se ha hecho justicia ni reparación a las víctimas y familiares.

Antes de finalizar el acto nos llega la noticia de la captura de Jesús Santrich, un verdadero torpedo al proceso de paz y un acto de sumisión a los EEUU. Dejo rueda de prensa de FARC.


Llegando a la casa leo noticias de Catalunya y España y constato que las cosas siguen complicadas, que el Estado Español sigue su deriva autoritaria en Catalunya con la detención y acusación a miembros de los CDR de terrorismo (sí esto es terrorismo que será un desahucio a una familia o no garantizar el derecho al trabajo) y con la censura y los recortes a la libertad de expresión contra la cultura y ahora concretamente la obra de teatro de Alberto San Juan. Todo un despropósito, aunque no dejan de sorprenderme los mensajes de respuesta de sectores del independentismo a un tweet de Alberto Garzón contra las detenciones y acusaciones de terrorismo. No creo que así vayan a ganar muchos aliados. Creo que es necesario entender que hoy lo prioritario es conseguir en Catalunya y España la máxima unidad frente a la deriva autoritaria del PP apoyada por Ciudadanos.

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