Reencuentros


Volver a Colombia tiene un aliciente añadido y es volver a encontrarnos con amigas, amigos y con la familia de Betty. 

Ya tuvimos ocasión de compartir unas cervezas con Mónica y Naya además de un intento frustrado de baile. También con José Humberto y su hijo en un wok, similar al que estuve con Rafa y Fabián, con quien también estuvimos en la Calera y aprovechando los viajes de Fabián a México, compartimos unos Margaritas en su casa con vistas a la ciudad de Bogotá.

El fin de semana anterior fuimos a Villavicencio, Villabo para los amigos, estuvimos con Miguel Puerto, padre de Betty, y con su hermana Gilma compartiendo un almuerzo típico del llano, con la expectativa de ver a unos micos que nunca aparecieron, a cambio unos jóvenes nos ofrecieron una exhibición de joropo, música típica del Llano junto a los pasajes, y que es la versión bailable –con zapateado incluido-. Después tuvimos ocasión de saludar a Martín esposo de Gilma y a Diana y Andres, hijo mayor y nuera de ellos, que pasaron por la casa familiar con su hija pequeña, …

Pero ha sido alrededor del primero de Mayo, fecha de combate y fraternidad, que hemos aprovechado para diferentes encuentros y reencuentros con familia y amigos.
Iniciamos el fin de semana instalándonos en casa de Juan Camilo, Sol y las nietas de Betty la noche del viernes. 

El sabádo una frigolada sorpresa a la que Magda invito y mantuvo el más severo secreto sobre el resto de comensales, fue una gran alegría cuando vimos aparecer a Carolina y Alejandro, una pareja encantadora, a Pilar entrañable amiga de Betty también y a una gran persona, Nelson tan humilde como buen conversador y analista político, que al igual que con Caro y Alejandro tuvimos la suerte de compartir unos días en Barcelona. Pasamos una tarde genial, y muy conversada a mitades entre la preocupación por el futuro, o presente de la izquierda, y la situación catalana, “el procés”, pero siempre quedan pendientes para seguir conversando y a ello nos emplazamos.

El domingo fue un encuentro familiar, donde Betty y yo cocinamos algunas tapas que parece cubrieron las expectativas de los comensales, Juan Camilo fregó platos y nos preparó unos deliciosos Margarita y cerramos con una deseada (por Sol) crema catalana. Compartimos la tarde con Fabián, Rafa, Edith (hermana pequeña de Betty), Ricardo, Sol, Juan Camilo, Sara, prima de Sol, y Ricardo José, Margarita, y Violeta.

Y ya el martes 1 de Mayo habíamos quedado con Carlos y Blanca para ir a comer, perdón a almorzar, después de la marcha del 1 de Mayo. Así que fuimos con Magda hasta la marcha, absolutamente centrada en las próximas elecciones presidenciales y allí nos encontramos con Carlos y Blanca, dos amigos con los que hemos compartido muy buenos momentos durante su larga estancia en Barcelona, vinculados respectivamente a la Escuela de Paz de la UAB y a la Fundación Paz y Solidaridad de CCOO.

Al igual que en Barcelona, el primero de Mayo de Bogotá, al que dedicare un post especifico, es un espacio reivindicativo, pero sobre todo una gran excusa para reencontrar amigos, compañeros, camaradas, una especie de procesión laica a la que se ha de ir religiosamente por ser parte de nuestro propio ser clasista y militante. En ella tuvimos ocasión de saludar a numerosos conocidos y amigos (especialmente Betty que se pasó el rato abrazada de unos y otras), a emplazarnos a nuevos reencuentros y a ser presentado a muchos más.

Carlos una persona que paso muchos años de su vida “viendo el mundo a través de la mirilla de un fusil”, como alto dirigente del Ejército de Liberación Nacional, y otros muchos en las cárceles colombianas antes de venir a España una vez cumplida su condena, siendo hoy en día un militante de la paz, gran conversador, analista y defensor de la necesidad de avanzar en el proceso de paz en que vive inmerso el país y que ya dio sus frutos con el acuerdo –bastante incumplido por el Gobierno- entre las FARC-EP y el Gobierno. Proceso que habría de tener continuidad con las conversaciones con el ELN. La conversación de esa tarde como siempre fue agradable, cómplice y profunda y salpicada por otros temas como la familia, los amigos comunes o las series preferidas.

Finalmente, este viernes quedamos en la tarde con Patricia, madre de Laia, una joven artista que estuvo por Barcelona estudiando, que participo en algunas actividades de la Colectiva de mujeres exiliadas y migradas, y que nos invitaron a a un tinto con unos pasteles en su casa. Mucha ilusión por el reencuentro y propósitos de volvernos a encontrar.

Salimos corriendo para alcanzar a encontrarnos con Berta y José Humberto, recién llegados de Barranquilla que estaban muy cerca, en casa de un tío de Berta miembro del Partido Conservador, un hombre culto, con agradable conversación, conocedor de la historia de su país y conservador convencido. Después fuimos a cenar y conversar largamente sobre la situación del país, las estrecheces por las que atraviesa el proceso de paz y la valentía del candidato de la Calle al afirmar que se están tirando la paz que tanto costo tejer (él fue uno de los protagonistas en ese proceso) y que si a Santrich corresponde juzgarlo, habrá de decidirlo la JEP conociendo las pruebas, lo habría de juzgar un tribunal Colombiano y no extraditarlo, hablamos sobre los candidatos a las presidenciales, las encuestas y la fragilidad de las garantías de los escrutinios, de su reciente viaje por Estambul, Marrakech y algunas ciudades de Europa. Como siempre con ellos, una conversación variada, animada regada por un buen vino de Rueda,...y la invitación a visitarlos en Barranquilla.

Realmente este país tiene procesos electorales y de recuento de votos extremadamente frágiles y poco fiables. Por cosas que me han ido explicando, tanto en los recuentos, como en el papel de la registraduria en absoluto garantista, o el propio concepto de que los votos se compran y se venden por unos pesos que son pagados en dos plazos, unos antes de la votación y otra una vez comprobado se han realizado, etc… Me comento alguien que, en la Costa, muchos jóvenes esperaban cumplir los 18 años para poder vender su voto.

Cuando llegué Betty me dijo que hiciera una lista de amigos con los que encontrarnos, personas conocidos por mí, muchos que han pasado por Barcelona, pero que en la mayoría de casos han compartido una trayectoria de compromiso social con Betty, creo que con estos encuentros hemos cubierto una parte de esa lista, pero seguiremos reencontrando amigos y haciendo otros nuevos de buen seguro.

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